

Ciertamente hay muchas formas en las que un lugar así puede volver a la vida después de casi un siglo de estar solo; muchas formas en las que sus planos, curvas y ángulos pueden comenzar a despertar, estirarse, respirar hondo y volver a interactuar con la presencia humana; muchas formas en las que un lugar así puede comenzar una vez más a moldear la vida de las personas y dejar que ellas lo moldeen a cambio. ¿Qué significa honrar a un hogar? ¿Qué significa celebrar una construcción concebida como un suntuoso refugio y luego abandonarlo? ¿Qué significa habitarlo?
Ondarreta de la mano de Anne & Jerôme, comparten la magia de este maravilloso lugar llevándonos a la reflexión sobre el significado de los espacios y su condición de ser ocupados o habitados, cuestionando el valor y la relación de los espacios con los objetos, mobiliario, las personas y la naturaleza.
Un espacio tan generoso podría haber sido renovado, remodelado a la estética contemporánea, rediseñado con objetos nuevos, pulidos e inmaculados para que los visitantes los contemplen. Podría haber sido despojado de sus paredes y hecho nuevo, de alguna manera. Sin embargo, esta pareja percibió que en este misterioso edificio, algo dormía detrás de los muros. Una especie de identidad, una personalidad: el alma de la casa. Y eligieron escuchar, observar, esperar a que esta esencia se revelara. Habitarlo, pero de una manera determinada, por la interacción entre el refugio y el albergado, más que por una imposición de uno sobre el otro.
En la Poética del Espacio, Gaston Bachelard afirma que “la casa posee uno de los mayores poderes de integración de pensamientos, recuerdos y sueños de la humanidad. Al llegar a este singular “bed & breakfast” uno se adentra en un mundo de ensueño, mágico, misterioso, apartado, encerrado, por la naturaleza y por la magia de otros tiempos. En él confluyen pasado (recuerdos de la vida anterior de la casa), presente (pensamientos inspirados en tal escenario) y futuro (sueños de lugares proyectos y tiempos invisibles).
El papel de las paredes de principios de siglo respaldan un banco de diseño contemporáneo tapizado con tejidos originales Harris Tweed, la marca con certificación más antigua del Reino Unido. Flores frescas recogidas del jardín decoran la mesa del desayuno cada mañana junto con pan elaborado en un horno antiguo que forma parte de los electrodomésticos originales de la casa. Una estatua de mármol y un burro miran a un grupo de bailarines contemporáneos, que coreografían de forma orgánica el movimiento de sus pies descalzos sobre la hierba húmeda.
Según Le Corbusier, el significado real de habitar radica en la relación entre los elementos naturales (como el sol y la vegetación), la arquitectura y los valores humanos. Él concibió una forma de arquitectura que reconoce una sinfonía entre el hombre y la tierra, la arquitectura y la naturaleza, la grandeza y el esplendor, salvaguardando el lugar, sus valores históricos, realzando la belleza característica de cada lugar. Al crear un equilibrio entre el hogar -arquitectura, personas, naturaleza-, Anne y Jerôme han encontrado la manera perfecta de habitar esta casa. Como dice el refrán, han traído consigo a sus lares, esas deidades romanas que representan a los antepasados, lo doméstico y el hogar, y han encontrado una manera alegre y despreocupada para que ellos y sus invitados habiten su casa.
Ciertamente hay muchas formas en las que un lugar así puede volver a la vida después de casi un siglo de estar solo; muchas formas en las que sus planos, curvas y ángulos pueden comenzar a despertar, estirarse, respirar hondo y volver a interactuar con la presencia humana; muchas formas en las que un lugar así puede comenzar una vez más a moldear la vida de las personas y dejar que ellas lo moldeen a cambio. ¿Qué significa honrar a un hogar? ¿Qué significa celebrar una construcción concebida como un suntuoso refugio y luego abandonarlo? ¿Qué significa habitarlo?
Un espacio tan generoso podría haber sido renovado, remodelado a la estética contemporánea, rediseñado con objetos nuevos, pulidos e inmaculados para que los visitantes los contemplen. Podría haber sido despojado de sus paredes y hecho nuevo, de alguna manera. Sin embargo, esta pareja percibió que en este misterioso edificio, algo dormía detrás de los muros. Una especie de identidad, una personalidad: el alma de la casa. Y eligieron escuchar, observar, esperar a que esta esencia se revelara.
En la Poética del Espacio, Gaston Bachelard afirma que “la casa posee uno de los mayores poderes de integración de pensamientos, recuerdos y sueños de la humanidad. Al llegar a este singular “bed & breakfast” uno se adentra en un mundo de ensueño, mágico, misterioso, apartado, encerrado, por la naturaleza y por la magia de otros tiempos. En él confluyen pasadop (recuerdos de la vida anteriorde la casa), presente (pensamientos inspirados en tal escenario) y futuro (sueños de lugares proyectos y tiempos invisibles).
El papel de las paredes de principios de siglo respaldan un banco de diseño contemporáneo tapizado con tejidos originales Harris Tweed, la marca con certificación más antigua del Reino Unido. Flores frescas recogidas del jardín decoran la mesa del desayuno cada mañana junto con pan elaborado en un horno antiguo que forma parte de los electrodomésticos originales de la casa. Una estatua de mármol y un burro miran a un grupo de bailarines contemporáneos, que coreografían de forma orgánica el movimiento de sus pies descalzos sobre la hierba húmeda.
Según Le Corbusier, el significado real de habitar radica en la relación entre los elementos naturales (como el sol y la vegetación), la arquitectura y los valores humanos. Él concibió una forma de arquitectura que reconoce una sinfonía entre el hombre y la tierra, la arquitectura y la naturaleza, la grandeza y el esplendor, salvaguardando el lugar, sus valores históricos, realzando la belleza característica de cada lugar.
Al crear un equilibrio entre el hogar -arquitectura, personas, naturaleza-, Anne y Jerôme han encontrado la manera perfecta de habitar esta casa. Como dice el refrán, han traído consigo a sus lares, esas deidades romanas que representan a los antepasados, lo doméstico y el hogar, y han encontrado una manera alegre y despreocupada para que ellos y sus invitados habiten su casa.